Tráfico Marítimo
La Patagonia lleva varias décadas siendo utilizada de forma incremental para diversas actividades antropogénicas, tales como acuicultura, pesca y turismo, entre otras. Todas ellas dependen de sofisticados sistemas de transporte marítimo, lo cual representa en ocasiones una amenaza para el adecuado funcionamiento y la sustentabilidad de los ecosistemas. Si bien las actividades humanas son diversas en esta zona, en esta sección nos enfocaremos en los aspectos que consideramos más relevantes para el conjunto de las ecorregiones de la Patagonia en lo referido a tráfico marítimo.
En una evaluación reciente sobre la efectividad de gestión de 13 AMP de la Patagonia, Guijón et al. (2021) indican que los gestores de dichas áreas perciben que las amenazas más graves son la explotación de recursos, la contaminación y la navegación. También señalan que la acuicultura está presente en la mayoría de los sitios, aunque consideran que tiene menor severidad relativa como amenaza para la biodiversidad en la escala local.
Entre las actividades humanas industriales que más impactos provocan a los ecosistemas marinos costeros, la salmonicultura se destaca por sus múltiples efectos negativos (incluyendo el tráfico marítimo) y la ecorregión que se encuentra más afectada es la de Chiloé-Taitao. Es sumamente importante proteger efectivamente los macro-ecosistemas menos representados de esta y otras amenazas identificadas, cautelando los efectos de la expansión de la industria hacia las ecorregiones de Kawésqar y Magallanes.
La imagen muestra la densidad del tráfico marítimo de las flotas acuícola, pesquera artesanal e industrial, así como de transporte de recursos biológicos (Fuente: SERNAPESCA; Bedriñana-Romano et al. 2021). La densidad se refiere al número de embarcaciones que transitan por una cuadrícula en particular (8×8 km) por día, en base a un promedio mensual, durante verano y otoño de 2019 y 2020. Figura preparada por L. Bedriñana-Romano.