“La difícil semana de una ballena azul”

Cuando hablamos de amenazas a la conservación de a diversidad marina por usos humanos del maritorio, probablemente pocos ejemplos nos sirvan mejor que este para dimensionar de qué estamos hablando.

En esta animación hecha a partir de datos satelitales, demostramos las dificultades de una ballena azul para desplazarse en una zona con alto tráfico de embarcaciones. El PUNTO AZUL es una ballena tratando de cumplir la difícil misión de alimentarse mientras esquiva el fuerte tráfico de embarcaciones en el golfo de Ancud. 22 de marzo 2019 al 29 de marzo 2019. Autor: Dr. Luis Bedriñana-Romano.

Estos datos fueron publicados en febrero de 2021 en prestigiosa revista Scientific Reports con el título: “Defining priority areas for blue whale conservation and investigating overlap with vessel traffic in Chilean Patagonia, using a fast-fitting movement model”.

El Dr. Luis Bedriñana-Romano, autor principal del trabajo, dice que estos datos son muy alarmantes. “Sabemos dónde están las ballenas, pero también sabemos que su población total es muy baja en esta zona. De hecho, según nuestras investigaciones, alcanzarían entre 200 y 700 individuos, por lo que cualquier incidente de colisión y muerte de estos animales representa una amenaza real a su conservación”. Sobre esto, el científico sostiene que según cálculos de su equipo la situación es tan crítica que “si muriera una ballena azul cada dos años por causas antrópicas, la tasa de recuperación de la población se vería seriamente afectada y amenazaría su recuperación”, advierte.

“En estas zonas hay una gran presencia de industria acuícola -dice el Dr. Rodrigo Hucke-Gaete, coautor de la publicación-, lo que nos obliga a plantear la alerta respecto de lo que ha pasado y podría seguir pasando con colisiones entre embarcación y ballenas”, enfatiza. Cabe mencionar que ya se han producido colisiones fatales en esta área (2009, 2014 y 2017), así como muertes por enredo en centros de cultivo de salmón durante 2007 y 2020

¿Quién mató a la ballena?

En el primer semestre de 2021, advertimos de la gran amenaza que representa para la conservación de las ballenas el intenso tráfico de embarcaciones en Patagonia Norte, lo que lamentablemente ratificó el 22 de abril por @sernapesca en un trágico incidente que es descrito en esta NOTICIA.

Por eso nuestro colga del Centro Ballena Azul, Luis Bedriñana-Romano  analizó datos de 48hrs de tráfico antes del primer reporte del animal muerto el 9/04/21 cerca de Butachauques. En el VIDEO, el cuadro rojo es la zona del 1er avistamiento, las estelas naranjas son embarcaciones de la flota acuícola y las azules otras embarcaciones.

En esos dos días transitaron 221 embarcaciones, de las cuales 198 son de la flota acuícola y las 23 restantes de otros usos como pesca y transporte. Sabemos esto gracias al gran trabajo de Sernapesca Chile quienes en un esfuerzo pionero en nuestro continente han liberado la base de datos de Posiciones Geográficas del Sistema de Posicionamiento Satelital para una mejor administración del maritorio.

Esto no nos puede derrotar. Entre todos y todas podemos evitar que esto siga ocurriendo. Debemos actuar como la comunidad de Chaitén, quienes a penas supieron de la ballena varada en Chumelden comunicaron a todo el mundo lo que estaba pasando.

El llamado es a proteger el mar de la Patagonia, con regulaciones modernas que incluyan nueva información disponible y que pongan como prioridad la protección de un ecosistema que está en serio peligro.

El segundo video muestra el triste final de esta historia, en las costas de la Patagonia chilena.

Las historias que cuentan los mapas

Para extraer conocimiento desde los mapas, a veces hay que detenerse y darle un par de vueltas a lo que vemos pero no entendemos en su totalidad. De eso se trata la siguiente sección, donde queremos ayudar al lector a poner atención a ciertos aspectos relevantes para la conservación de la diversidad marina de la Patagonia chilena y que no necesariamente se explican inmediatamente al ver un archivo de sistemas de información geográfica.

Highway to hell

 Aunque nos encanta la canción de AC/DC, cuando visualizamos lo que está ocurriendo con el tráfico de embarcaciones en el mar patagónico chileno, no podemos pensar en otro concepto mejor: esto es una autopista al infierno.

El tráfico marítimo ha sido ampliamente reconocido como un factor importante que afecta a la fauna marina de diversas formas. No sólo el riesgo de colisiones representa un peligro para mamíferos marinos (Laist et al. 2001), sino que potencialmente el ruido submarino emitido puede generar cambios en el comportamiento, la distribución, la abundancia y eventualmente en las dinámicas poblacionales de especies afectadas, (Southall et al. 2007), algo sin antecedentes para la Patagonia.

Debido a que los mares interiores y canales protegidos de la Patagonia son una importante ruta de navegación, y sirven de derrotero entre Puerto Montt, Quellón, Chaitén, Melinka, Raúl Marín Balmaceda, Puerto Chacabuco, Puerto Natales y Punta Arenas, entre otros, presentan un alto nivel de tráfico de diversos tipos de embarcaciones. Este ha incrementado considerablemente durante la última década como resultado del aumento del transporte de carga, combustible, público, actividades turísticas, acuicultura y pesca

En esta imagen de Rodrigo Hucke_Gaete se ve a una ballena azul cerca de centros de cultivo de salmones en la Patagonia chilena. 

En los mapas de mas abajo en esta historia explicamos un poco más esta preocupante tendencia que se desplaza, sin cambios, hacia Magallanes.  

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El mar de la Region de Los Lagos es una auotopista de barcos

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La Región de Aysén ya registra una alta intensidad de tráfico de embarcaciones

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¿Qué le espera a Magallanes?

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Los salmones están por todos lados

 

Desde su puesta en marcha a gran escala en aguas chilenas, a comienzos de la década de 1980, la industria acuícola ha aumentado más de 140 veces su producción inicial, especialmente en la Región de Los Lagos (Patagonia norte), desde donde proviene más del 90% de la producción nacional (Soto et al. 2020). El cultivo de salmón en Chile se centra en la producción de salmón del Atlántico (Salmo salar). En 2018, Chile ocupó el octavo lugar en la producción acuícola mundial y el segundo en la producción de salmón, generando el 20% de la producción mundial de salmón (FAO 2020). Según Soto et al. (2020), un 47,6% del área destinada y concesionada para la salmonicultura se encuentra en la Región de Los Lagos, mientras que un 38,9 % y 13,5 % se desarrolla en las regiones de Aysén y Magallanes, respectivamente. En todo momento operan entre 300 a 400 concesiones de un total de aproximadamente 1.400 (Figura 3) y el área total concesionada alcanza los 151,2 km2.

Sin embargo, el cultivo intensivo de salmón en la Patagonia tiene efectos considerablemente mayores sobre el medio marino, ya que esta industria:

  • Provee alimento suplementario (rico en fósforo y nitrógeno) a las especies cultivadas, provocando eutroficación, floraciones algales nocivas (Soto et al, 2021), hipoxia y en ocasiones anoxia en los ecosistemas aledaños (Niklitschek et al. 2013; León-Muñoz et al. 2018; ver Fig. 4. en Soto et al. 2020: https://www.incar.cl/wp-content/uploads/2021/01/Revista.pdf);

     

     

    • Genera gran cantidad de desechos plásticos, metálicos, de madera, entre otros (Thiel et al)
    • Utiliza una cantidad significativa de antibióticos y otros productos químicos (e.g. pesticidas, desinfectantes y anti-incrustantes) que permean al ambiente marino circundante y afecta a especies nativas (Fortt et al. 2007; Buschmann et al. 2009a,b);
    • Es propensa a la ocurrencia de escapes masivos de salmones, con efectos e impactos poco estudiados relativos a depredación y competencia con fauna local (Niklitschek et al. 2013);

    Demanda un complejo sistema logístico de centros operativos flotantes, balsas jaula, fondeos, redes y además requiere de un aprovisionamiento y traslado de personal y materiales constante vía aérea y marítima (Buschmann et al. 2009b). Lo anterior se vincula con impactos sobre los mamíferos marinos, que en el caso de delfines resultan afectados por pérdida de hábitat, en lobos marinos por efectos de las técnicas disuasión al acercamiento usando armas de fuego u otros, así como el enmalle accidental en redes o cabos de fondeo por parte de ballenas (Hucke-Gaete et al., 2013).

    *Crédito fotografías de apoyo: Nicolás Muñoz. Centro Ballena Azul – Universidad Austral de Chile.

     

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    En el mar interior de Patagonia norte ya no hay espacios sin influencia de las salmoneras

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    Aysén sufre una gran sobrepocisión entre áreas marinas protegidas y centros salmoneros

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    Magallanes aun tiene la  oportunidad de demostrar que las regiones pueden ayudar a proteger la biodiversidad marina 

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